ESPECIES POTENCIALES PARA CULTIVO: CULTIVO DE
ESPECIES DE
AGUAS TEMPLADO-FRÍAS.
1.- PECES SALMONIDOS
En los cultivos en jaulas suspendidas, los dos
factores principales a contemplar son la disminución del estrés ocasionado por
manejo y el contar con un buen alimento nutricionalmente completo, así como con
buenas prácticas de alimentación. El estrés está asociado al manejo. Durante el
período de crecimiento en las jaulas, el manejo debe ser tal, que los peces
sufran las menores perturbaciones. El movimiento de las jaulas, la observación
de los individuos, las clasificaciones, redadas para submuestreos, presencia de
animales externos (lobos u orcas y aves en el mar; aves piscívoras en agua
dulce) son todos factores que producen estrés en los peces y como consecuencia,
la reducción en el consumo de alimento, disminuyendo su crecimiento; pudiéndose
además, manifestarse enfermedades.
El taponamiento de las redes por organismos
(algas o invertebrados) que se asientan sobre las estructuras, produce una
disminución de oxígeno disuelto a través de las mallas, lo que es solucionado
con la utilización de un material previamente tratado, o efectuando recambio de las redes y su
hidrolavado en tierra (Fig. 11). Un cultivo de este tipo necesitará contar con
un acceso al “tren de jaulas” que puede cumplirse por medio de embarcaciones o
conexiones directas a tierra, con estructuras que están ubicadas
medianamente cercanas a la costa.
Los problemas asociados a prácticas
incorrectas de alimentación son particularmente agudos en este tipo de cultivo
debido, por un lado, a la ausencia de alimentos naturales disponibles para los
peces confinados y, por el otro, al deterioro de la calidad del agua, como
consecuencia de los desechos alimentarios que pueden afectar posteriormente, en
forma directa, a los peces en encierro. Estas prácticas erróneas, incluyen:
utilización de una pobre calidad de alimento, alimento incompleto, alimentación
inadecuada, sobrealimentación o alimentación fuera de los horarios
establecidos.
Los peces cultivados en jaulas, se encuentran
confinados en una pequeña área y a altas
densidades, por lo que es obvio que estarán
más expuestos a un estrés frecuente.
Varios de estos problemas carecen de solución
simple, pero en la mayoría de los casos, se reduce con un mejoramiento en el
manejo de la producción.
En general, cuando los productores utilizan
jaulas, inician su producción comprando alevinos. Si estos provienen de afuera
del establecimiento, es posible que por el traslado, sufran cierto estrés. Este
estrés puede producirse además en el propio confinamiento, durante las cosechas
en el lugar de producción, o durante el transporte; pudiendo además incluir, shocks por altas o
bajas temperaturas, así como deficiencias en oxígeno, cambios de pH, alta
acumulación o un tratamiento rudo.
El primer contacto del productor con los
peces, se produce, en general, cuando recibe los juveniles que compra; por lo
tanto, debe ser exigente en cuanto a la calidad de la partida. Para un exitoso
cultivo y producción en jaulas, la siembra debe realizarse con juveniles de alta calidad, tamaño uniforme y
libres de enfermedades. El productor de alevinos o juveniles que conoce su producto,
lo mantendrá en cuarentena y hará inspeccionar las partidas para venta por un
ictiopatólogo, obteniendo los correspondientes certificados. El productor o
bien, el patólogo, al observar los lotes, deberán comprobar en general, principalmente:
• si existen lastimaduras o decoloración de la
piel, si el cuerpo de los peces es muy
estrecho y si se presentan variaciones de
color dentro del grupo,
• la condiciones que presentan las agallas y
las aletas. Si son frágiles, si están erodadas,
pálidas o hinchadas,
• si existe comportamiento anormal en el
plantel, si la natación es débil o errática, si no
evitan las redes o si buscan aire en
superficie.
Todas estas características indican
posibilidades de problemas inmediatos o futuros. Si se inicia una producción de
peces, con ejemplares en condiciones anormales, probablemente se presentarán
enfermedades acompañadas de pérdidas económicas. Los peces comprados deben presentar óptimas
condiciones de salud.
La siembra en las jaulas, significa siempre un
estrés para los animales, por lo tanto es necesario que el transporte se
efectúe dentro de containers apropiados, con el equipo correspondiente y
contando con experiencia en el transporte de peces. El suplemento de oxígeno
durante el traslado, la igualdad en las temperaturas del cuerpo receptor a las
del agua de traslado de donde se extraen (rango de 5ºC ) a la siembra, etc., son los
factores a tener más en cuenta. Para reducir el estrés y eliminar ciertos
parásitos durante el transporte, puede agregarse, Cloruro de Sodio (sal), al
contenedor.
Si las temperaturas dentro del contenedor y en
las jaulas, difieren en más de 5 grados, deberán se corregidas, controlando con
un termómetro. Si no se realiza esta adaptación previa, podrá producirse alta
mortalidad o los juveniles perderán sus defensas para resistir infecciones
secundarias de parásitos o ataques bacterianos. Los peces sembrados, deberán
quedar colocados en las jaulas sin recibir alimentación alguna, durante 1 a 2 días, hasta que se
considere que se han recuperado.
El estrés nutricional es muy común durante los
cultivos. Hoy en día, las investigaciones sobre nutrición han progresado,
existiendo dietas balanceadas y completas; formuladas a partir de alimentos
elaborados en forma comercial. Las raciones específicas para salmónidos, son
importantes para un exitoso crecimiento y correcta sanidad dentro de las
poblaciones confinadas. El alimento debe ser de tipo completo (balanceados, con
los adecuados niveles de proteínas y energía, aminoácidos y ácidos grasos
esenciales; suplementados con vitaminas y minerales en forma completa) ya que
se trata del único alimento que recibirán los peces en cautiverio. Debe
considerarse con atención, principalmente, su contenido en vitamina C.
Fuente: Dirección de Acuicultura -
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