ESPECIES POTENCIALES PARA CULTIVO: CULTIVO DE ESPECIES DE
AGUAS TEMPLADO-FRIAS.
1.- PECES SALMONIDOS
La temperatura mínima para crecimiento en las truchas, está
situada cerca de los 3,5ºC. A esta temperatura o en su entorno, el apetito de
los animales disminuye, operando muy lentamente su sistema digestivo. En este
caso, se requerirá solamente una dieta de “mantenimiento” (0,5 a 1,8% de su
peso corporal/día). Un ofrecimiento de mayor porcentaje, producirá pobres
resultados en conversiones alimentarias, mayores desechos de alimento no
consumido en los cerramientos y lógicamente, una pérdida de dinero para el
productor. Por encima de la temperatura señalada, el metabolismo y la tasa de
crecimiento de esta especie aumenta hasta aproximadamente los 18,5ºC;
dependiendo de la raza genética mantenida en cultivo. Las temperaturas óptimas
para un crecimiento eficiente, están situadas entre los 13 y 18,5ºC (15ºC
constantes), pudiéndose emplear tasas de alimentación de máximos niveles (1,5%
hasta 6% diario del peso corporal). Por encima de los 18,5ºC, la tasa
metabólica continúa aumentando hasta que la temperatura se aproxima a los
niveles letales; pero la capacidad de carga en oxígeno de las aguas y los
requerimientos respiratorios de los propios peces, marcará el limite sobre la
cantidad de alimento que los animales procesen eficientemente (caso de áreas
marginales para cultivo de trucha arco-iris en nuestro país).
En aguas templadas (mayores de 18,5ºC), el sistema digestivo
de las truchas no utiliza bien los nutrientes y mucho del alimento consumido,
se digiere sólo parcialmente antes de su eliminación. Este alimento
no-digerido, debe evitarse, ya que sus desechos quedan en el agua, incidiendo
en la disminución del OD en las aguas (a mayor temperatura); estos factores
actúan negativamente en producciones comerciales, produciendo arritmias
respiratorias en los peces, con el resultado de altas mortalidades.
La mejor manera de determinar la cantidad y el tamaño
correcto del alimento a ofrecer en producción, es utilizar las guías, que
proveen las empresas elaboradoras o bien, guiarse por las cartas de
alimentación, existentes en la bibliografía general de cultivo de truchas,
hasta manejar los propios parámetros físicos del cultivo en producción. Estas
guías o cartas, deben ser solamente utilizadas como tales, ya que se necesitará
realizar un ajuste, de acuerdo a las condiciones específicas de cada
establecimiento individual, en el lugar del sitio elegido. Por eso resulta
importante que, desde el inicio del cultivo, el nuevo productor ingrese
diariamente todos los datos obtenidos en su establecimiento (temperatura y OD,
así como registros sobre cantidades de alimento ofrecido, crecimiento,
mortalidades, etc.). El buen crecimiento de las truchas en cultivo, ayudará a
predecir la tasa de crecimiento estacional para cada establecimiento en
particular y cómo mejorar la producción en beneficio de una mayor rentabilidad.
La primera regla a tener en cuenta en los cultivos, es que
los peces necesitarán menos alimento del que ellos pueden realmente ingerir. La
sobrealimentación puede llevarlos a utilizar menos eficientemente el alimento y
la tasa de crecimiento no aumentará en forma significativa. Por el contrario
será una pérdida en dinero para el productor. Para proveer la cantidad de
alimento apropiado, se necesita conocer el número y talla de los peces bajo
cultivo (muestreos periódicos indicados).
A temperaturas cercanas a los 12,5ºC, se realiza un simple
recuento de los peces en forma semanal y un ajuste del porcentaje de alimento a
ofrecer. En las aguas frías, una muestra cada 2 semanas es suficiente. Si el
alimento seleccionado es bueno, y se ha determinado la cantidad necesaria para
los peces, la siguiente pregunta a contestar por el productor, es “cómo alimentarlos”.
Los métodos específicos de alimentación en truchas, dependen
del tamaño de los animales bajo cultivo. El primer alimento ofrecido a las
larvas, debe ser colocado en pequeñas cantidades, manualmente y por lo menos,
ofrecido entre 8 y 10 veces durante el día; hasta que se observe que todos los
peces estén comiendo activamente. Este es el período de mayor atención, puesto
que si desde el comienzo, los peces son bien alimentados (con un buen
alimento), los animales responderán ampliamente en cuanto a crecimiento durante
la producción. Pasado este período y de acuerdo a la producción mantenida, se
podrán utilizar alimentadores automáticos que en general, son muy prácticos. De
todas formas, es conveniente que el productor, ofrezca él mismo dos o tres al
día alimento en forma manual; observando así, la actividad de los pequeños
peces.
Fuente: - Dirección de Acuicultura -
Paseo Colón 982 - Anexo Jardín -
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